sábado, 30 de mayo de 2009

La mani...

El rojo sol de aquella tarde rebelde no será relatado en los libros de historia, como tampoco serán nombrados nuestros nombres en los cielos.
Pocos recordaran aquel pequeño grupo de individuos iracundos, feroces manifestantes armados con su única realidad, con sus frustraciones y sus sueños. Aquel personaje colectivo que gritaba incansablemente las consignas de una juventud conciente, apasionada, enamorada de su tierra permanecerá vivo, repartido en las memorias de quienes le dieron origen. Un pedazo de nosotros le dimos, un pedazo de nosotros compartimos, y un pedazo de el nos ha quedado. Sagrada comunión de mente y carne, consagración de convicciones aquel crepúsculo, lagrimas amargas que aprendimos a transmutar en agua, y así beber de nuestras dolencias para convertirlas en firme causa.


Dedicado a los personajes que en una tarde de nuestro siglo se reunieron libremente en las calles de un malecon cercado de policias y militares para recibir entre gritos y chifladeras al que se decia ser representante de todo el pueblo mexicano(Vicente Fox Quesada), en su visita a La Paz para declarar el mar de cortez como patrimonio natural mundial, al mismo tiempo que se firmaban las concesiones para construir hoteles sobre el mogote...

LLovio esa tarde... pero la lluvia no nos detuvo, fue mas bien un empujon hacia el acto, el principio del ritual... pero esa es otra historia.

2 comentarios:

  1. Creo que cuando un ideal es muy grande, no importa lo demas, muchos dicen que no sirve de nada manifestarse, pero ellos se encuntran en un avismo de impotencia, del cual no pueden salir, del cual personas como tu y miles mas, decidieron brincar, armados con el arma mas letal, la voz.
    o no?

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  2. Armados de algo mas poderoso que la voz... la esperanza.

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