martes, 29 de septiembre de 2009

La gran rata...

La vida está en todas partes. Brota como agua sucia de entre las paredes y los ruidos. Salta sobre mí como una rata de cola larga y luego huye, arrastrándola, barriendo con ella el silencio de las escaleras. Gira y se revolotea frente a mis ojos invadidos de estupefacientes psicodélicos. ¿Quién decías? La vida, amigo. De la vida hablo. Es una cucarachita traviesa que asalta mi cuarto en la madrugada. Unos ojos de perro asustado. Un cabello chino. Un cigarro agonizante y colorado que miro y me mira. Una novia que duerme. Hoooo…. un sueño.

-Espera, disculpa que no te atienda en este momento. Es que la televisión me está hablando. ¿Si lo ves? Hay alguien ahí adentro que me platica cosas, cosas lejanas que suceden en lugares que nunca he visitado. Es como uno de esos túneles, que existen en la teoría, en los cuales se puede ver o viajar hacia otro punto del universo en cuestión de microsegundos. ¿Y qué me decías de la rata?-

-¿La que salta sobre mí?-

-Si, esa mero.-

-Vive conmigo. Es mi mascota sin serlo.

Un día llego, no se presento, no dijo hola, no trajo nada consigo más que su cola y aquí se quedo. Es la hora en que aun no sabemos de dónde vino, ni por qué, ni cómo entró. Vive atorada bajo el refrigerador un rato y luego la veo que corre enloquecida hacia la estufa. No sé qué come. Lo curioso es que en esta casa no hay comida, y eso es algo que siempre le digo a mis amigos cuando vienen aquí: “En mi casa no hay comida wey”… -

-¿Y entonces, si no hay comida de qué vive la rata? ¿Cómo sobrevivio?-

-La mera neta no sé, quizás madera de las puertas, trozos de pared, agua sucia, yo qué sé… así es ella de misteriosa. Te lo digo, la vida está en todas partes.-

-Carlos Giovanny Torres Manriquez-
El perro negro...

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