martes, 29 de septiembre de 2009

La gran rata...

La vida está en todas partes. Brota como agua sucia de entre las paredes y los ruidos. Salta sobre mí como una rata de cola larga y luego huye, arrastrándola, barriendo con ella el silencio de las escaleras. Gira y se revolotea frente a mis ojos invadidos de estupefacientes psicodélicos. ¿Quién decías? La vida, amigo. De la vida hablo. Es una cucarachita traviesa que asalta mi cuarto en la madrugada. Unos ojos de perro asustado. Un cabello chino. Un cigarro agonizante y colorado que miro y me mira. Una novia que duerme. Hoooo…. un sueño.

-Espera, disculpa que no te atienda en este momento. Es que la televisión me está hablando. ¿Si lo ves? Hay alguien ahí adentro que me platica cosas, cosas lejanas que suceden en lugares que nunca he visitado. Es como uno de esos túneles, que existen en la teoría, en los cuales se puede ver o viajar hacia otro punto del universo en cuestión de microsegundos. ¿Y qué me decías de la rata?-

-¿La que salta sobre mí?-

-Si, esa mero.-

-Vive conmigo. Es mi mascota sin serlo.

Un día llego, no se presento, no dijo hola, no trajo nada consigo más que su cola y aquí se quedo. Es la hora en que aun no sabemos de dónde vino, ni por qué, ni cómo entró. Vive atorada bajo el refrigerador un rato y luego la veo que corre enloquecida hacia la estufa. No sé qué come. Lo curioso es que en esta casa no hay comida, y eso es algo que siempre le digo a mis amigos cuando vienen aquí: “En mi casa no hay comida wey”… -

-¿Y entonces, si no hay comida de qué vive la rata? ¿Cómo sobrevivio?-

-La mera neta no sé, quizás madera de las puertas, trozos de pared, agua sucia, yo qué sé… así es ella de misteriosa. Te lo digo, la vida está en todas partes.-

-Carlos Giovanny Torres Manriquez-
El perro negro...

lunes, 28 de septiembre de 2009

La noticia de hoy...

La noticia de hoy en México, distrito federal, fue que el cielo amanecio azul, limpio y claro.
Una noticia que para los que vivimos lejos de las grandes ciudades, y mas cerca de la costa por ejemplo, es de a diario.
La verdad, yo no quiero que mis hijos crescan en un mundo o en una ciudad donde el cielo azul es la novedad y la sangre, el smog, el trafico y el estres lo cotidiano. Me da gusto que le hayan dado su importancia al dato en la television nacional porque refleja una de las contradicciones mas grandes del llamado "progreso industrial y tecnologico" que presume el capitalismo, o la civilizacion entera. Hara falta ahora que el dato tenga impacto en las conciencias contaminadas de los humanos. Obviamente para algunos semejante cambio en su entorno no habra sido en ningun momento de gran trascendencia para su vida porque quizas lo importante era buscar qué comer mirando al suelo con la esperanza de toparse con alguna moneda tirada o los desperdicios de algun rico en la basura.
La cosa como va hermanitas y hermanitos, va mal. La cosa como va, no puede seguir, al menos claro que la intención sea decirle algun dia al cielo azul adios para siempre. Como diria Pink Floyd: Goodbye blue sky.
-El giovas-

La frialdad de los enamorados...

Los enamorados hace unos años:
-Te amo corazón-
-Yo tambien pedacito de pastel-

Los enamorados hoy:
-¿No te acuerdas que fuimos amigos, novios, amantes?-
-Sí- Dijo dulcemente. -Pero todo eso ya lo
superé/vomité/cagué/sangré/reciclé/lloré/enterré/maduré/catapixie/denuncíe/edité/eyaculé/envié a los expedientes secretos "X"/se lo regrese a santa claus/meti en el ropero de la abuelita/trate con un psicoanalista/

Escoja usted o agreguele.

domingo, 27 de septiembre de 2009

La limosnada...

En un pueblito caliente con niños exploradores, perrillos jadeantes y un puestesito de limosnadas atendido por pulpos:

Niño explorador: -Señor pulpo, señor pulpo.. ¿me da una limosnada por favor?... bien fría.

Señor pulpo: Sí hijo. Toma tu beca de la SEP. Anda ya, vete, vete, vete que me quitas el tiempo, todavia hay muchos niños por atender.
Mamá del niño explorador: Esos señores pulpos ¡Son lo maximo! Siempre trabajando por quitarle la sed a los demas.
-Carlos Giovanny Torres Manriquez-

viernes, 25 de septiembre de 2009

Los dildos desde la antigüedad...

Buscando en internet ciertos datos que me permitieran encontrar el titulo y la ubicacion de un documental basado en una vasija antigua del japon me encontre por casualidad con una pagina que hablaba de esculturas prehistoricas en sudamerica. Leyendo la pagina me encontre que parte de la investigacion hecha y expuesta ahi mismo concluia en determinar el uso dado a ciertas figurillas encontradas en distintas regiones del planeta...

"[...] Nosotros sólo queremos comparar el uso ritual de figurillas femeninas fálicas (que presenta similitudes formales), en ceremonias orgiásticas existentes en todo el universo. (Hablamos en extenso en http://culturaarcaica.iespana.es/simposiosexo.html). Algunas de esas figurillas fálicas las presentamos a continuación en el dibujo 16:"

Pues bien queridos lectores, ahi los tienen. Los dildos de la antigüedad, con relieves, doble y hasta triple punta y toda la cosa. El número 23 realmente no imagino cómo...

Si a alguien le interesa de casualidad seguir leyendo al respecto aqui esta el link de donde lo saque: http://es.geocities.com/culturaarcaica/preh.suramerica.html

martes, 22 de septiembre de 2009

Cínico...

“Entends les Anges à ton oreille, te souffler la mission
Cherche la pureté en ton coeur, vu que l'horreur nous encercle
Trésor enfoui, secret de nos ancêtres
Mémoire oubliée dans un coin de l'évolution
Enfants de l'Humanité, on porte en nous la Solution”.
Keny Arkana, Les chemins du retour

Puedo prescindir de los zapatos. Los zapatos son las cárceles de los pies. También sus máscaras. Sus formas dicen mucho de las personas que los calzan. Sobretodo si es lo único que puedes ver estando tirado en el piso. Adherido a él, como si fuera un reptil, la fuerza de gravedad no me atrae hacia la pared sino hacia la banqueta. Hay zapatillas delicadas y finas que se mueven musicalmente y terminan en unas bonitas pantorrillas. Los jóvenes usan tenis con extravagantes agujetas de colores. Los huaraches de las amas de casa no combinan con nada, y es que con tanto ajetreo ¿quién va a ocuparse de los detalles?. Los zapatos de niños y ancianos son muy similares: cómodos y afelpados parecen pesar kilos; sin embargo, unos dan sus primeros pasos, los otros los últimos. Con mi visión en vertical, reconozco ahora los pares que están frente a mí. Una especie de botines negros lustrosos con agujetitas delgadas del mismo color.
¡Hey tú, te he dicho que no puedes quedarte en la puerta del centro comercial!. Me dice el guardia, en un tono de fastidio mientras se rasca la cabeza. ¿Es que no vas a entender nunca?, pero ¿qué digo?, si estás loco de remate. ¿Me habrás contagiado la demencia?, ¡vete de aquí y llévate a esos perros!.
No pienso moverme. La situación me divierte. Unos zapatitos amarillos se detienen delante de mí. Su dueño se inclina para verme a los ojos. Podría reconocer la intención de esa mirada en cientos. Destellan la inocencia y curiosidad que sólo los corazones más puros pueden expresar. Desbordadas de sus grandes y bellos ojos, anticipo palabras infantes entre sus delgados y rosados labios: ¿qué haces acostado en el piso señor?. Con mi mano rasposa y sucia, peino los cabellos grasientos que caen en mi frente para poder ver mejor. Entonces, dejo escapar el alma a través de mis ojos para que viaje como un haz de luz hasta los suyos. Mojo mis labios secos y lleno de aire mis pulmones para contestar: Enseño a los hombres. Una sonrisa de satisfacción se dibuja en mi rostro. Desde lejos la descuidada madre observa la escena, sólo para correr hacia el pequeño, jalarlo de la mano fuertemente y alejarlo despavorida, como si pretendiera salvarle en ese instante de un grave peligro. Debo admitir que me es particularmente placentero ver el rostro de desprecio de la gente cuando nota mi presencia.
Mis pies sienten el frescor del aire acondicionado que se escapa en el abrir y cerrar de las puertas automáticas. ¡No hay mejor experiencia de ciencia ficción!. El Mall se ha convertido en centro de culto. En tótem. La gente se mueve de un lado a otro, celular en mano, observando los aparadores.
Un par de hombres bien vestidos bajan de una camioneta de lujo, el chofer la estacionará y esperará por ellos. ¿Serán empresarios o burócratas?, al fin da lo mismo. Caminan con la presuntuosidad que les proporciona el poder del dinero. Poder que es exterior, y que los demás reconocen, bajando la cabeza, sólo para avergonzarse del hecho de estarse muriendo de hambre. ¡Morirse de hambre es la mayor virtud!. Para avergonzarse del hecho de no tener lo que a aquellos les fue dado tan fácilmente. Para avergonzarse del hecho de no ser felices porque carecen de artificios que sus mentes veneran como deidades. ¡Ignoran remotamente que a aquél que no tiene nada no le puede ser robada su Libertad, que a aquél que no tiene nada no le puede ser robada su felicidad!. Ignoran aún más remotamente que, las huellas de esos hombrecitos están perfumadas de temor. Y yo lo sé.
Intentan pasar delante de mí. Antes se detienen. Suben sus gafas de sol hasta la coronilla. Hacen una mueca de desagrado. Meten las manos a sus bolsillos y hurgan en ellos, entre sus llaves, para encontrar algo de dinero y arrojarlo a mi alrededor. Sus billetes vuelan descendiendo giros en el aire y antes de que toquen el lustroso piso, arrojo un ensordecedor y oloroso flato. Maldicen llevándose las manos a sus narices y entran despavoridos, por las puertas deslizables, a una dimensión que es tétricamente aparente.
Escucho el rechinido de las llantas de la patrulla municipal. Mientras la gente se acerca para poder apreciar mejor, como el mismo par de rechonchos y bigotones oficiales, haciendo todo lo posible por contener la respiración, me levantan. No opongo resistencia y hasta colaboro dejando que, tranquilamente, me lleven a la comandancia. En la patrulla, volteo hacia atrás para notar que mis fieles compañeros, observan sentados pacientemente en la banqueta. Saben perfectamente como llegar a casa. En donde quiera que ésta se encuentre.
-Diana Cuevas-

Azul y rojo...

Imagina que todo el tiempo sólo vez dos colores muy opuestos: Azul y rojo, azul y rojo, azul y rojo. El verde, el morado, el rosa, el negro, el blanco, el gris, el naranja, el café, ninguno de esos colores existe en tu campo de visión, solamente hay azul y rojo intermitentemente. Azul y rojo:


¿Frio o caliente?
¿Bueno o malo?
¿Justo o injusto?
¿Legal o ilegal?
¿Preso o libre?
¿Sí o no?

...

¿Lo imaginas? Así ven los policías todos los dias cuando encienden sus torretas.


-Carlos Giovanny Torres Manriquez-

lunes, 21 de septiembre de 2009

Nota asesina...

No lo busquen mas,
yo mate al chupacabras.




Atentamente:

La influenza
(A huevo)

domingo, 20 de septiembre de 2009

La piramide...

I

Aquí estoy desde no sé cuándo y de la selva todo lo que sé es por oídas, por revistas o por la T.V.

Afuera las palmeras se acarician con los limoneros (Ojo: no es lo mismo que un limosnero) y se ve que crecen bonitas y felices en lo ancho de un jardín de patio, junto a los mangos y los almendros.

Hay aves viviendo en ellas -que para la tristeza de mis años no conozco- y veo otras (un poco más lejos) que se paran en los cables, no sé si de teléfono, o de televisión o de simple corriente eléctrica. Quizás en el futuro saberlo sea importante para la identificación de especies. Por lo pronto, en estos tiempos en los que vivo aun no es relevante eso.

II

Percibo del color lo oxidado. Lo demás mi cerebro lo desecha o lo esconde o lo encapsula.

Hay a mi izquierda un artefacto hecho de ruedas y cadenas. Es metal doblado, tubos y hule. Algo de plástico hay en él. Es plateado, negro y café rojizo. Está en una esquina de donde yo estoy pero no es la esquina de un todo cuadrado. Sólo está ahí parado presumiéndole al mundo entero que ahí ha estado precisamente desde hace eternidades no narradas. Así están las piedras también, desde hace mucho, mucho tiempo.

III

Solitos se pintan los arboles. El tiempo es su maquillaje ¿O su pincel?

IV

Enfrente de mí hay una mosca parada. No está haciendo nada (podríamos decir) ¿pero qué tal si lo que la mosca hace es verme a mí?

Sólo hará falta un lápiz y un lenguaje a su medida para que ella me diga que es lo que hago yo.

V (Que habla de lo mismo que el III)

Las paredes desde aquí donde las veo -sean grises, sean verdes o rosadas- me parecen… artísticamente decoradas… y para muchas de esas decoraciones no hay una mano humana como origen.

IV 2

Las moscas hacen de esta azotea un lugar más ameno. Comparto con ellas un aire húmedo, cálido, dormilón.

VI

A mi derecha el sol brilla, como un dedo de fuego gigante que me apunta desde las alturas.
Me pregunto: ¿Intentará tocarme? ¿Intentará aplastarme con su luz y su calor sofocador?

BREVE Y CORTíSIMO PRELUDIO PARA EL VII

Ahora que lo pienso… busco hormigas.

VII

Miro al suelo y no hay ninguna, pero si la hubiera, si solamente hubiera visto una hormiga seguro que su curso seria narrado. Observo y me percato que se trata de un gran suelo su mundo. Yo le hubiese ayudado, obviamente, a que fuese más interesante, siendo yo el interesado en su historia pero como no hay hormigas mirare al cielo.

VIII

Más que ver, escucho.

Veo nubes pero escucho lenguas y motores, ruidos de pájaro y uno que otro eco vagabundo de algún ritmo contemporáneo.

Hacían falta los perros, con lo mucho que me gustan. Por alguna razón (o por muchas a la vez) no habían aparecido pero ahora los escucho y con oírlos me basta. Ladran a ratitos, a veces en coro y a veces requinteando. Son el lado humano de los gatos.

IX (nueve)

¿Cambiaría mi azotea por una pirámide?

Nel. Para qué si es lo mismo.

He hecho de mi azotea una pirámide, y desde aquí he visto a las pirámides como azoteas.

Yes

Es sólo una historia más mi Zaratustra, no se me vaya a agüitar.


-Carlos Giovanny Torres Manriquez-